Un vandalismo que no cesa

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Hace unos días quise escribir sobre ese vandalismo que no cesa en todos nuestros pueblos, a raíz de unas fotografías publicadas por el alcalde de Dos Torres denunciando unos destrozos en un parque recién construido.

Aunque tiempo atrás, también lo hemos visto en Villanueva de Córdoba, también en Villanueva del Duque, y en Pedroche, que por estar más cerca, siempre estoy mejor informado.

He ido retrasando mi entrada hasta hoy, cuando me han llegado fotos de lo ocurrido en Pedroche. En la imagen de cabecera vemos lo ocurrido.

A simple vista un cartel (de los colocados en diferentes fuentes del pueblo, describiéndolas y contando alguna de las historias por allí vividas) roto, destrozado. Pero, en realidad, debemos ver algo más. Debemos saber que esa primera fila de piedras que falta en la pared han ido a parar a la fuente. Quizás hasta lo del cartel haya sido un «accidente», al llevar alguna piedra desde la pared al pozo. ¿Cuándo va a parar toda esta sucesión de actos vandálicos? No es en este pueblo, es en todos, con lo que la solución quizás va más allá de lo primero que nos viene a la mente.

«¿Dónde está la policía local en esos casos?«. ¿Cuántas personas conforman la policía local de nuestros pueblos? ¿Cuál es su horario? Está claro que no puede haber un policía en cada calle del pueblo, o como este caso, en cada camino a las afueras. Y está claro que no puede estar las 24 horas. No trabajan las 24 horas del día. Y, por supuesto, donde estén seguro que no hay actos vandálicos. No le podemos echar la culpa a ellos.

«¡Que lo paguen!«. ¿Quién paga? Quien supongamos o quien, previa denuncia, se confirme que ha sido el causante. Con suposiciones no se puede funcionar, y todos sabemos que no nos gusta en exceso «señalar», denunciar donde hay que hacerlo, aunque sí nos guste comentarlo a la hora del café.

«¡Son los niños!«. Seguramente, pero, ¿seguro que los adultos no hacen actos que pueden conllevar destrozos, aunque quizás sin darse cuenta? Yo he visto adultos haciéndose fotos con unas vacas de poliéster que adornan rotondas en Dos Torres, con posturas no muy normales (por cierto, una de esas vacas, hoy en día, no tiene orejas…); he visto adultos subidos con vehículos en antiguos puentes que da miedo e inseguridad con solo verlos; he visto animales muertos en contenedores de basura; etc. y etc.

¿Mi opinión? La base es la educación, y ahí es donde hay que buscar la solución.

Y una sugerencia, en cuanto se detecte un acto vandálico, hay que llamar a la Guardia Civil.

 

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